El Parque Nacional Natural Chingaza, es un tesoro natural y cultural del centro de Colombia, la magia de sus montañas guarda secretos y pensamientos heredados de los Muiscas y los Guayupes, pueblos indígenas que resguardaban este territorio, así como de comunidades campesinas que habitaron la región hace menos de 40 años. En la actualidad es refugio de fauna y flora de los Andes; está ubicado en la cordillera oriental de los Andes, al noreste de Bogotá; conformado por 11 municipios, 7 de Cundinamarca: Fómeque, Choachí, La Calera, Guasca, Junín, Gachalá y Medina, y 4 municipios del Meta: San Juanito, El Calvario, Restrepo y Cumaral.
Este lugar da vida a cientos de especies de fauna y flora nativa de nuestro país, encontramos gran variedad de aves de diferentes colores y tamaños que nos muestran la diversidad de nuestro entorno, al igual que venados y un sin número de plantas, entre muchas otras; sin embargo muchas de estas especies debido a diversas actividades humanas y falta de compromiso por parte de las autoridades están amenazadas o en peligro de extinción como lo es el hermoso oso de anteojos.
De este hermoso lugar es importante destacar su importancia hídrica ya que juega un papel importante en la provisión de agua para gran parte de los habitantes de la ciudad de Bogotá, sin dejar atrás el papel que cumple en el equilibrio natural de nuestro país, es importante conocer todas las cualidades que aquí se esconden pues es un tesoro natural que nosotros debemos preservar ya que en él se alberga vida, lamentablemente el ser humano se ha encargado a lo largo de los años de explotar de diferentes formas los recursos naturales con el fin de facilitar o creer alternativas que solamente benefician a nuestra especie.
Precisamente por lo anterior es que debemos trabajar por la preservación de estos lugares tan importantes, ya que en ellos se encuentra el futuro, muchas veces creemos que nuestras acciones son muy pequeñas para contribuir a daños tan complejos, pero si por lo menos empezamos por nosotros mismos, es el inicio de un gran cambio, llevando a cabo pequeñas acciones en nuestro diario vivir, tan sencillas como no tirar basura en la calle, ahorrando agua en el momento de cepillarnos los dientes, bañarnos o lavar la ropa y reduciendo al máximo el uso de bolsas plasticas, vamos a contribuir al mundo y él nos lo agradecerá.
Articulo escrito por: Nicolas Alfonso Melo